La lapidación de una chica de 17 años de la secta yazidí ha provocado una ola de violencia en el norte de Irak. Doaa Aswad, pertenecía a una pequeña secta que venera al Diablo, pero se enamoró de un musulmán y se convirtió al Islam, para poder casarse con él. Cuando volvió a casa, 2.000 personas de su pueblo, observaron como un grupo de ocho o nueve hombres la apedrearon hasta la muerte.
La escena fue grabada por un vecino anónimo con un teléfono móvil. Las imágenes rápidamente se colgaron en Internet, y fueron difundidas en todo el mundo. En ellas aparece una chica morena vestida de rojo que intenta evitar las piedras que un grupo de hombres le está lanzando. La chica está cubierta por su propia sangre, y además, intenta levantarse en muchas ocasiones, pero otra personas la empuja, y alguien con un trozo de hormigón le machaca la cabeza.
La ministra de Derechos Humanos de Irak, Wijdan Mijail, ha asegurado que varios hombres ya han sido detenidos por el asesinato de la joven, pero no se especificó el número. Según Amnistía Internacional, la chica tardó en morir media hora, y un líder religioso de la secta intentó acogerla en su casa, pero no lo consiguió.
Pocos días después de este crimen que se produjo el pasado mes de abril, 21 seguidores de la secta yazidí murieron en una emboscada que había preparado un grupo armado de la ciudad para vengar a la joven que había sido apedreada.
Los yazidís veneran a Satán, al que consideran el verdadero dominador del universo. Pueden comer cerdo y beber alcohol, pero no pueden comer lechuga. Su religión es una mezcla de Islam, judaísmo y cristianismo, y tiene muchas reglas, como por ejemplo, que los varones no deben arrancarse ni un solo pelo, ni lavarse siquiera la cara, y las mujeres deben ir siempre de blanco, y no pueden aprender a leer ni escribir. El azul es un color prohibido.